Fue asesinado para acabar con su línea de enlace en la conexión saudí en los atentados del 11-S para ocultar la autoría del Estado de Israel.
El Estado de Israel lo hizo.
Si hay que apuntar a algún lado es evidente al quid proquo del Estado de Israel para ocultar conexiones.Bandar desapareció en invierno de 2013. “Algunos príncipes saudíes se han puesto de acuerdo en mentir y eludir la verdad y dicen que lo han visto en uno de los palacios de la familia real en la ciudad de Agadir, Marruecos”. Un sin sentido sobre todo sabiendo los gustos principales del monarca marroquí que en nada coinciden con los del Príncipe Bandar.
Ni siquiera fue envenenado, en realidad la última conexión se relató en un medio hace tiempo cuando relataron que había desaparecido en su yate.
Bandar en realidad no hizo nada en el 11-S más que organizar la charada de los pilotos saudíes y sus cursos en aeródromos norteamericanos que nunca llegaron a eclosionar en ninguna torre y menos en el Pentágono al ser hologramas y misiles, acompañados en el caso de Nueva York de nanotermita DIME (Metal Inerte Denso de aluminio), israelita colocada en puntos estratégicos, y dos maletines nucleares colocados en la cimentación de los dos WTC colocados durante su construcción, que explica los miles de muerte de cáncer de laringe provocado por el cesio radiactivo 135.
Fuente Wikipedia
Príncipe Khaled bin Salman, actual embajador de Arabia Saudí en EEUU.
En la actualidad nada ha cambiado:
“Trump sella su alianza con Arabia Saudí con acuerdos por valor de 380.000 millones”.
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