“Macron es acusado de tratar de “convertir a Francia en Gran Bretaña” a medida que la violencia estalla durante las protestas sindicales contra las reformas laborales“.

Lo tremendo es que tanto la política laboral de Macron como la política de insatisfacción organizada de colectivos anarquistas y organización sindicales, están manejadas por la misma banca Rothschild para la que trabajó Macron. La respuesta será el adelgazamiento de gasto suprimiendo los históricos Departamentos que desmembrarán la República.

El Islamismo está tratando de destruir a la nación, dicen todos. Pero nadie dice la raíz del asunto y sus impulsores: El sionismo está tratando de destruir la nación, como ha destruído las naciones de los que ahora nos envían como refugiados e inmigrantes para destruir la nuestra.
Varias lecturas dan pistas de tal deriva que van tomando forma.
–Después del Brexit británico, que supone el adelgazamiento de la UE, alguienes quieren que Europa siga adelgazando. Adivinen quiénes, para una colonización profunda de Europa como lo hicieron de los EEUU, con los únicos emisores de moneda que permitieron -la Reserva Federal colonialista-, y la AIPAC para el control del Congreso, del Senado y de la Casa Blanca-.

“El número de personas sin hogar aumenta en un 134% en siete años en Gran Bretaña, mientras que 120.000 niños están ahora en alojamiento temporal”.

“Los franceses de clase media se unen al sueño sobre la falta de vivienda”.

-Después fue la UNIÓN europea- una copia de los estados confederados en versión países soberanos que han dejado de serlo-, para manejar las finanzas y a través de la Deuda la Soberanía perdida de todos los países europeos.
-Después Alemania ha retirado su oro de Francia y EEUU.
Síntoma claro de la próxima separación de socios del eje francoalemán, que es el último bastión clásicamente europeo de la fortaleza europea, su columna vertebral.
-Ahora una vez concluido el control político de los políticos títeres dependientes pusilánimes, toca el adelgazamiento de cada uno de los estados miembros, para sustituir el poder local. Para eso ha llegado Macron. Como dice Thierry Meyssan: “Su objetivo a mediano plazo, ampliamente anunciado desde 2008, es suprimir las comunas y departamentos. Se trata de homogeneizar las colectividades locales francesas según el modelo que la Unión Europea ya impuso en todas partes fuera de Francia. Rechazando la experiencia histórica francesa, en la presidencia de la República se considera que los franceses pueden ser administrados como todos los demás europeos”.
“En 1969, el presidente De Gaulle se resignó a abandonar nuevamente su viejo proyecto de «participación», o sea de redistribución del incremento del capital de las empresas entre los propietarios y sus empleados. De Gaulle propuso, en cambio, hacer que el mundo del trabajo participara en el proceso legislativo. Y para eso se le ocurrió organizar la fusión del Consejo Económico y Social con el Senado, de manera que la cámara alta reuniese simultáneamente a representantes de las regiones y del mundo profesional. Lo más importante es que propuso que esa cámara no pudiera seguir redactando leyes por sí misma sino que emitiese una opinión sobre todos los textos antes de la presentación de estos en la Asamblea Nacional. Se trataba, por tanto, de otorgar un poder de opinión legislativa a las organizaciones campesinas y liberales, a los sindicatos obreros y patronales, a las universidades y a las asociaciones familiares, sociales y culturales”.
Es decir, que adelgazará el poder de la República para constituirlo en un Estado sin identidad fácilmente manipulable al derrotar los fundamentos de su historia. Un centralismo sin capacidad de contrastes desde departamentos y comunas que serán suprimidos, y que únicamente podrán responder a megadecisiones centrales sin detalle.
Si a eso unimos el despido libre obligatorio, sin derechos, sin indemnizaciones, y sin memoria laboral, habrá logrado un país de parias que vagan en busca de empleos de meses, y sin poder acogerse a ningún organismo local o regional suprimidos.
Es un proceso similar al llevado en Siria pero administrativamente: dos caras de una misma moneda, la aniquilación de la identidad. Solo que en el caso de Francia es una limpieza étnica cultural, porque la ausencia de identidad y seguridad de coberturas históricas mata las raíces del individuo para homogeneizarlo en una amalgama no francesa o siquiera europea, sino global. La invasión multicultural masiva Kalergi era el ingrediente principal.

Retorno de seguridad: 40.000 sirios regresan a sus casas en Alepo.

Es falso, en una información suministrada por agencias de noticias de las que se nutren los diarios, difíciles de contrastar in situ en un país en guerra, no son sirios sino musulmanes de otros países.
Thierry Meyssan explica la devastación de población autóctona siria que está siendo sustituída por la Cia, por una población musulmana importada de otros países: “«Rojava» es en realidad un Estado colonial, fruto de la voluntad de Washington que lo impone sin importarle su costo en sangre. El objetivo es, en este caso, expulsar a las poblaciones originarias del norte de Siria y remplazarlas con gente que no nació allí. Es una operación de limpieza étnica en la que el Pentágono y la CIA utilizan combatientes de la extrema izquierda europea. Thierry Meyssan revela ese proyecto sin sentido que viene aplicándose desde hace año y medio”.
Sin historia y sin cultura un país no es nada. Una amalgama de modas pasajeras, sin orgullo, dignidad, ni honor, ni tradición, ni siquiera una educación familiar heredada sustituida por los medios de comunicación mass media y las redes sociales. Ya no habrá monumentos, ni laudes a los triunfos, a los reconocimientos de orgullo de los ciudadanos, serán todos una masa homogénea como la que de hecho ya han logrado con la música, el cine, la alimentación, la moda en el vestir, en el hablar (wassapear más bien igual de mal), en los trending topics mundiales, en las redes sociales homogeneizadoras, que han logrado el fin de las identidades tribales, las peculiaridades, y la identidad nacional y local de cada pueblo para sustituirla por una masa mass media, una baba rosa como las hamburguesas, una muchedumbre de turistas todos iguales haciendo fotos compulsivamente que luego van a mirar unos segundos en lugar de mirar cuando estaban delante de la imagen y el lugar. Es la enfermedad de la falta de conocimiento de los detalles, de la generalidad de todo, del hasttags o trendings topics (términos espantosos de la mente de un robot, de un ordenador sin sensibilidad). La despersonalización ataca, los institutos de ideas fabrican gustos para la generalidad con engaños de personalización, pero en realidad es la pérdida de la identidad, sometida a un menú de opciones cerradas aunque sean cien, pero que excluyen lo políticamente incorrecto que no figure en esa lista. La gente ya no quiere una obra de arte, quiere una copia, algo que se parezca a las cien obras de arte que les enseñaron como esencia del arte y las únicas que respetan.
Vestir todos iguales para diferenciar nuevo parias e inmigrantes de los que puedan seguir siendo privilegiados, es la nueva campaña escondida detrás del reciclaje pero que busca que vistamos todos iguales aunque sea con ropa usada vieja.  Corporaciones como Zara buscan que se comercialice en sus canales solidarios para financiar sus proyectos sociales. Todo esto anuncia un nivel de miseria en la economía, ropa, alimentación y agua como jamás hemos conocido e imaginado. Millones de sin techo y deprimidos, o en campos de trabajo dentro de Europa o EEUU.
En realidad es una burla a la humanidad, un marcado por la estética dentro de la deriva multicultural para que la gente apartada de la riqueza vista igual. La polarización de una clase privilegiada fruto del neoliberalismo económico con la conocida variedad que todos disfrutamos en la actualidad de una parte, en contraste con los nuevos millones de parias que vestirán esta ropa. Y esta ropa se distribuirá igual que la comida en Cáritas o algunas de sus tiendas, por tallas o un par de colores.
Desde ropa que recordará a lo Mao en la China comunista, a los Levi´s (ropa monodiseño para trabajadores convertida en moda por su comodidad y resistencia), o los pijamas a rayas judíos, como un sello de humillación y distinción para los nuevos parias que se confundirán con la misma ropa entre europeos desheredados con inmigrantes. Para diferenciar un europeo de un inmigrante habrá que fijarse bien, serán tratados iguales.
Nuevas leyes de internamiento por detenciones en muchos casos y trabajos en Campos de trabajo, y normativas nuevas de higiene y socialismo obligarán a vestirse así.

eladiofernandez