Esto se debe a que se han recortado los fondos destinados a estas piezas, explica el organismo de vigilancia del gasto público, la Oficina Nacional de Auditoría.
En los últimos cinco años, los casos de barcos a los que se les extrajeron componentes para que pudieran ser instalados en otros buques que necesitaban de una reparación se han duplicado.
Un oficial retirado dijo que había una auténtica epidemia de 'canibalización' que estaba socavando la moral de los ingenieros navales. La práctica, oficialmente, se considera un último recurso, pero ha aumentado en un 49% desde 2012. Los ingenieros tuvieron que 'transplantar' partes entre embarcaciones casi 800 veces tan solo durante 2016.
Las fragatas de tipo 23 y los submarinos de clase Astute, junto con los helicópteros Merlin, se ven más afectados por este problema que los demás. Paulatinamente se van usando componentes de estos submarinos mientras todavía están siendo construidos, lo cual provoca retrasos en las entregas.
Un estudio interno de la Marina, del año 2012, también encontró que en la mitad de los casos, cuando se trataba de las fragatas del Tipo 23, el costo de la 'canibalización' era tan o más alto que el costo de adquirir una pieza nueva.
Los buques de guerra que regresan de sus operaciones suelen ser despojados de algunas de sus piezas a las pocas horas del amarre, de modo que los componentes puedan introducirse a otras naves que se preparan para partir.
Le podría interesar: La Marina de EEUU, acusada de robar el proyecto de uno de sus nuevos buques (vídeo)
En los últimos cinco años, los casos de barcos a los que se les extrajeron componentes para que pudieran ser instalados en otros buques que necesitaban de una reparación se han duplicado.
Un oficial retirado dijo que había una auténtica epidemia de 'canibalización' que estaba socavando la moral de los ingenieros navales. La práctica, oficialmente, se considera un último recurso, pero ha aumentado en un 49% desde 2012. Los ingenieros tuvieron que 'transplantar' partes entre embarcaciones casi 800 veces tan solo durante 2016.
Las fragatas de tipo 23 y los submarinos de clase Astute, junto con los helicópteros Merlin, se ven más afectados por este problema que los demás. Paulatinamente se van usando componentes de estos submarinos mientras todavía están siendo construidos, lo cual provoca retrasos en las entregas.
Los buques de guerra que regresan de sus operaciones suelen ser despojados de algunas de sus piezas a las pocas horas del amarre, de modo que los componentes puedan introducirse a otras naves que se preparan para partir.
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